“Butoh es como llegar a la poesía” estreno en Brasil de Travessia Exodo junto al Teatro Ritual
“Butoh es como llegar a la poesía”
El director Italo Argentino Gustavo Collini estreno una obra en Brasil
su ultimo espectaculo "Travessia Exodo" dirigiendo a la compania goiania el Teatro Ritual, actualmente ya de gira por diferentes ciudades del Brasil
ENTREVISTA DIARIO O POPULAR DE BRASIL
Diario O Popular – Goiânia, 8 de septiembre de 2010.
Entrevista a Gustavo Collini
Traducción.
“Butoh es como llegar a la poesía”
A sus 48 años, Gustavo Collini es uno de los pocos bailarines de butoh en el mundo que tuvo la oportunidad de estudiar con unos de los creadores de la técnica, Kazuo Ohno. Su primer contacto con el maestro, como él denomina Ohno, fue en la década de los ochenta. Actor, bailarín, director de teatro y cine, Collini estudió con Ohno en Europa y en Japón. De vuelta a Buenos Aires hace poco más de diez años, creo Mundo Butoh Argentina, movimiento que difunde las técnicas por medio de TV y de cine. En la capital argentina también tiene un estudio donde recibió a principio de año a los actores del grupo Teatro Ritual, quienes lo invitaron para dirigir la tercera parte de la trilogía “Travessia” en Goiânia., donde él permanece desde hace más de 15 días. El nos concedió la siguiente entrevista a O Popular.
¿Cómo fue la preparación de la tercera parte de Travessia?
Nando y Pablo vinieron a Buenos Aires para realizar un taller de butoh. Ellos ya habían hecho otros dos espectáculos anteriores y ahora buscaban un director que relacionara el butoh con la cultura sudamericana. Como ya había relacionado el tango con el butoh decidieron hacer esa experiencia conmigo. Me pareció un rico intercambio, porque los argentinos, con nuestro tango, guardamos una nostalgia, una pasión, que está también presente en los brasileros, y es común en todos los sudamericanos.
¿De quién partió esta invitación?
Ellos vienen a Buenos Aires (hicieron un workshop conmigo) y vimos que nuestros trabajos tenían sintonía. Ellos me estaban contando sobre la preparación del espectáculo Travessia 3 (éxodo) Ya tenían programado viajar a Estados Unidos, a Seattle, luego a Europa y mas tarde a Japón para estudiar con diferentes maestros de butoh. Fue cuando les comenté de que en Japón, Yoshito Ohno (hijo del bailarín japonés Kazuo Ohno, uno de los creadores del butoh), nos podría ayudar en la realización de Travessia.
¿Qué fue lo que le llamó la atención de la propuesta del espectáculo?
Travessia 3, para mí, es una invitación para que las personas se enfrenten contra las dificultades de su vida cotidiana. Esos dos seres (los personajes del espectáculo) son la metáfora de un viaje interno que cada uno de nosotros tiene que hacer. Al principio, ellos se pierden, como perdemos un tren, un barco, un avión, y así perdemos también la posibilidad de los deseos y los sueños. A causa de lo cotidiano, del confort, de la comodidad, a veces perdemos la capacidad de desear y soñar. El espectáculo nos muestra cómo uno podría recuperar ese camino.
¿Es un proceso de búsqueda interior?
Si. Estamos hablando del hombre contemporáneo que perdió su niño interior. Un niño que murió por dentro y que está sufriendo prisionero en el sótano de una casa antigua, enmohecida y perdida. Ese niño interior representa los verdaderos deseos, los sueños y los ideales. La travesía es traspasar algo. Lo importante no es llegar, sino el camino que tiene que ser recorrido. Ese camino es nuestra propia vida, en la que algo se va perdiendo. A veces caemos en la repetición de lo que hicieron las generaciones anteriores, dejando de lado nuestro sueño individual por un sueño de generación, de familia, de lo colectivo, de la sociedad.
¿Cómo transportar esa metáfora a la danza?
El butoh surge a partir de la devastación humana, en Hiroshima (ciudad en que fue detonada una de las bombas nucleares de la segunda guerra mundial) ellos vienen de la destrucción total. Si el hombre pierde sus propios deseos también es una destrucción total. Ellos pueden estar personificando los deseos de otros, de sus padres, de la sociedad pero no el deseo de él mismo. Es como en Hiroshima. Ahí, donde estaban las cenizas atómicas, el butoh busca lo que es bello. Tatsumi Hijikata y Kazuo Ohno (creadores del butoh) mostraron que era posible, aún después de la devastación, dar un mensaje al mundo. Ellos revuelven las cenizas para mostrar lo bello que está en lo oscuro, en vez de lo feo de las heridas de la radiación.
¿Cuándo fue su primer contacto con el butoh?
Vi a Kazuo Ohno en 1986 en Buenos Aires. Comenzaron a llegar grupos de vanguardia a la ciudad. Yo estudiaba en el conservatorio nacional de arte dramático y en la universidad del Salvador. Después nos encontramos en París. Yo le había escrito a Ohno y su hijo para estudiar butoh con ellos. Kazuo me dice que vaya a ver a Monet. Yo fui. Pensaba que él me iba a llevar para Japón pero en vez de eso me dejaron en París. Entonces resolví estudiar la vida de Monet. Descubrí que él, en una época, no podía pintar porque tenía cataratas en los ojos. Comenzó a entonces a pintar sus mismos cuadros como él los recordaba. Escribí a Kazuo Ohno nuevamente diciendo que ante la imposibilidad de viajar a Japón, podría recrear el butoh dentro mío, como Monet. Pasados dos años el respondió enviándome una beca de estudios. Fue ahí que entendí que en Japón no solo el discípulo elije al maestro, sino también que el maestro elije a quien transmitir sus conocimientos.
¿Es difícil hacer la travesía y buscar los sueños perdidos?
Si, difícil y peligroso. Porque están involucradas otras personas. La vida es difícil y creo que existen dos posibilidades; usted puede ir a buscar la travesía, como Ulises (Personaje de la Odisea de Homero) o puede quedarse sentado esperando, llorando porque no llega su destino, disputando cosas, acumulando riqueza y bienes materiales. Igualmente, de las dos formas vamos a llegar todos al mismo lugar, todos vamos a morir. El butoh es importante porque junta vida y muerte en un concepto que no los coloca en lados opuestos como las personas acostumbran a hacer. Así se puede vivir mucho mejor. Kazuo Ohno decía que cuando alguien llega al cuerpo de butoh es como llegar a la poesía. Algo difícil de describir en palabras. Es metáfora solo el cuerpo la puede despertar.
¿Es posible perderse en ese camino?
Si se tiene un maestro, no lo es. El maestro es como un guía. El discípulo, a veces, está en la cima de una montaña con miedo de equivocarse y el maestro le dice “salta, salta”. Confiando, el discípulo salta. Cuando logra ver se da cuenta que esa cima estaba a treinta centímetros del suelo.
El problema actual, es que los jóvenes no quieren tener maestros, y los maestros están cada vez más celosos de transmitir su conocimiento.
¿Cómo el público puede vivenciar un espectáculo como Travessia?
Las personas podrán regresar y encontrar algo que se perdió. Ver un espectáculo de butoh es como volver a los griegos, a nuestros orígenes, y hacer una catarsis. Cada uno puede encontrarse con una parte perdida de sí mismo, es un proceso que no es traumático, ya que somos acompañados todo el tiempo por los actores bailarines.
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