A 70 AÑOS DE LA CAIDA DE LA BOMBA ATOMICA AGOSTO DEL 2015
Setenta años después de que Estados Unidos lanzó la primera bomba
atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, las consecuencias de
aquella tragedia enlutan hoy a la humanidad que aún vive atemorizada
ante la posibilidad de una guerra nuclear.
Más allá de las razones que tuvo Washington para lanzar la bomba a las
8.15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, a la que le seguiría tres
días después la caída de un segundo artefacto en la ciudad de Nagasaki,
el hecho determinó la rendición incondicional del emperador japonés
Hirohito.
El presidente Harry Truman dijo que trató de evitar que murieran un gran
número de estadounidenses, ya que Tokio no tenía intenciones de
rendirse a pesar de que sus fuerzas sucumbían ante la superioridad de
los Aliados.
Truman escribió en sus memorias: "Yo le pedí al general (George C.)
Marshall que me dijera cuál era el costo de vidas para aterrizar sobre
Tokio y otros lugares de Japón. Marshall opinó que una invasión costaría
un mínimo de un cuarto de millón de bajas estadounidenses".
Sin embargo, otros investigadores han señalado que las bombas fueron
lanzadas para demostrar la superioridad norteamericana ante la ex Unión
Soviética, ya que tal manifestación de fuerza no era necesaria para
derrotar al Japón imperial.
atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, las consecuencias de
aquella tragedia enlutan hoy a la humanidad que aún vive atemorizada
ante la posibilidad de una guerra nuclear.
Más allá de las razones que tuvo Washington para lanzar la bomba a las
8.15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, a la que le seguiría tres
días después la caída de un segundo artefacto en la ciudad de Nagasaki,
el hecho determinó la rendición incondicional del emperador japonés
Hirohito.
El presidente Harry Truman dijo que trató de evitar que murieran un gran
número de estadounidenses, ya que Tokio no tenía intenciones de
rendirse a pesar de que sus fuerzas sucumbían ante la superioridad de
los Aliados.
Truman escribió en sus memorias: "Yo le pedí al general (George C.)
Marshall que me dijera cuál era el costo de vidas para aterrizar sobre
Tokio y otros lugares de Japón. Marshall opinó que una invasión costaría
un mínimo de un cuarto de millón de bajas estadounidenses".
Sin embargo, otros investigadores han señalado que las bombas fueron
lanzadas para demostrar la superioridad norteamericana ante la ex Unión
Soviética, ya que tal manifestación de fuerza no era necesaria para
derrotar al Japón imperial.
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